Durante
la cena Miriam me había ampliado la historia de la familia Wikinson, ciertos detalles que sólo
conocía un grupo reducido de personas y que no figuraban en los textos públicos.
Por
lo visto el matrimonio entre Wikinson y
Mirna, se produjo después de un
largo periodo de ausencia de ella de la esfera pública, era una modelo de éxito. En los círculos se hablaba de “la crucifixión
de Mirna” , cómo de una penitencia, pero de pecado desconocido. Había dejado las
pasarelas para casarse con un tipo al que todos menos ella calificaban de
divertidillo y ambicioso.
Mirna Shell había desaparecido del mapa de una forma
radical, durante un tiempo ninguno de los diarios carnívoros hablaron del tema,
por lo visto tenían carnaza en abundancia.
Un
día cualquiera años después, un diario digital publicó un artículo sobre ella; no era sobre su actividad como modelo, se
refería a su presencia en varios consejos de administración de la flor y nata
de los negocios; constructoras, inmobiliarias y una consultora urbanística.
Según
Miriam, el artículo pasó
desapercibido en general, pero en los círculos desató todo tipo de
especulaciones, no se hacía ninguna referencia a su matrimonio ni a su hija. Aún
no había aparecido Wikinson en
escena o el artículo no los relacionaba.
Un
dato, al cabo de unos días era imposible encontrar ninguna referencia del artículo.
Había desaparecido.
Con
certeza sólo se sabía que Mirna había
vuelto de no se sabía dónde, estaba ahí y tampoco se sabía muy bien nada de
nada. Era un enigma. A los seis meses
apareció la noticia de la boda de Mirna con
Wikinson, uno de los popes de la
construcción y los negocios. Se había divorciado hacía dos semanas.
De
eso hacía ya más de 10 años y parecía que Mirna
había roto con su pasado. No se le conocía ningún acto público más allá de su
presencia como mujer de Wikinson y no se sabía a ciencia cierta si continuaba con
las actividades empresariales o únicamente se dedicaba a disfrutar de la
fortuna de su marido.
No
pasaba de ser una historia inusual, podía ser que simplemente fuera lo que
parecía, un padrastro preocupado, pero ahora la advertencia de Wikinson en que sólo supiera él de la
investigación, me chirrió.
Al
día siguiente me desperté tarde, tenía la sensación que las cosas se iban a
complicarse. Me tomé un café bien cargado, me di una ducha y me fui a desayunar. Volví a la oficina y llamé a
linda.
-
Linda, deberías ir al banco a
cobrar estos talones.
-
Jefe,
este jueves es fiesta, haremos puente ?.
-
Acueducto
Linda, acueducto. Los talones para antes de las 12.00. las nóminas ya sabes…
-
Ahora
vuelvo Jefe.
Linda
se ocupaba de la oficina, era discreta y diligente, se hacía la alocada pero en
todo momento sabía exactamente cómo enfocar cualquier tema, sabía situarse.
Volví
a releer las notas.
Día
6 Martes, Robert Sevenson había
llegado a las 16.00 y ella a
las 16.50, estuvieron en la
habitación hasta las 19.30,
El marchó con su coche y ella lo hizo en Taxi, fue directamente hasta su casa.
Día
8 Jueves, Robert Sevenson había
llegado a las 16.10 y ella a
las 16.45, estuvieron en la
habitación hasta las 18.45,
El marchó con su coche como hacía siempre
y ella fue en Taxi hasta unas galerías comerciales, estuvo con otra
chica en una de las cafeterías charlando hasta las 20.45, desde allí tomó otro
taxi hasta su casa.
Día
10 Sábado, Robert Sevenson entra en
el hotel a las 17.00 y Margaret a las 17.15, estuvieron en la habitación hasta las 18.45, ella volvió a casa en taxi.
Todo
aquello me parecía una pérdida de tiempo. Dediqué el resto de la mañana a
preparar el informe para Wikinson.
Margaret era como la mayoría de las
chichas de su edad, alternaba estudios, con salidas con los amigos y practicaba
varios deportes, se veía a solas con Robert
Sevenson en un hotel. Eso era todo. El chico no era sospechoso de nada. Le adjunté varias notas sobre Robert Sevenson.
Concluí
el informe con una relación de gastos.
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